Cuéntame cómo pasó, por Santiago Parysow (SAE)
La edición y musicalización de una tira de ficción creo yo que recorre todos los estadios por los que se puede atravesar en este oficio. En “Cuéntame cómo pasó”, la historia consta de 80 capítulos que van temporalmente desde 1974 hasta 1983. Se trata de una serie española de formato unitario (que ya lleva 18 temporadas al aire) y que en Argentina fue adaptada como tira y sale al aire de lunes a jueves. O sea que la adaptación de la serie tuvo varias aristas. No sólo en el formato y en los personajes, sino también en la adaptación histórica y cultural de esos años desde este lado del mundo. Durante esos años llegaban a España la caída del franquismo y el comienzo del “destape” español, y esos hechos contrastaban con los años oscuros que se vivían en este país.
Como sucede en casi todas las tiras en las que me ha tocado participar, entre los primeros 10 y 20 capítulos está puesta toda la atención. Generalmente los primerizos gozan de un nivel de producción mayor al que tendrán luego a lo largo de la tira, por lo tanto suelen contar con más cantidad de material y, por ende, hay una mayor contribución del editor. Y así, de esta manera, cada uno desde su lugar va buscándole la forma y el estilo al programa.
Comencé la edición junto a mi hermano Ale Parysow (SAE). Con mi entrada, él se dedicó a la realización de los títulos de apertura de la serie y de esta forma se inició la búsqueda del formato adecuado, la identidad gráfica, la identidad musical, etc... Desde la dirección, Jorge Bechara le dio vida a la familia Martínez, aportando mucho de su experiencia y logrando, a mi entender, desacartonar lo clásico, lo costumbrista y nunca perder, como dice él, “el tono, el tono, el tono”.
Pero en "Cuéntame cómo pasó" tuvimos un atractivo agregado con el que pocas veces habíamos podido trabajar en una tira de ficción, y ese es el archivo. Ya instalado en innumerables series (“El Patrón del Mal”, “Narcos”, etc…), que toman hechos de la historia para desarrollar sus relatos, el archivo se ha convertido en un gran aliado y en esta serie pudimos jugar y experimentar sus múltiples usos. Desde noticieros, publicidades, sucesos argentinos, cortometrajes, documentales, todo era bien recibido y fuimos buscando detalladamente su lugar adecuado dentro de la historia. En algunos casos generamos entrecruzamientos a la manera de “Forrest Gump”, al introducir a los personajes dentro del archivo. También trabajamos junto al equipo de VFX y, tomando material de descarte, se generaron transiciones para pasar del material de archivo al de la ficción, con el objeto de lograr alimentar ese juego entre el momento histórico y la narración.
Una vez que encontramos el programa, comenzó una nueva etapa: la salida al aire. Desde ese momento ya nada fue lo mismo. Las entregas eran más apretadas y había menos tiempo para la creación. Aquí el trabajo se hace más monótono, más industrial. Quizás lo mejor de esta etapa fue el hecho de ir trabajando y en paralelo conocer la reacción del público. Eso te da la posibilidad de ir ajustando el programa, corregir varias cosas y explotar las que tienen mejor reacción en la audiencia. Por suerte se sumó al equipo el mismísimo Alejandro Alem (SAE) y pudimos completar un maravilloso grupo.
La música es otro factor importante en la serie. Por un lado, armamos una librería musical junto a Octavio Stampalia para cubrir las necesidades incidentales y, por otro, utilizamos muchísima música argentina de la época, para ambientar los lugares, marcar situaciones históricas y complementar características y emociones de los personajes. Desde “Para saber cómo es la soledad” de Luis Alberto Spinetta cantada por Leonardo Favio para retratar el funeral de Perón, hasta “Mrs. Robinson” interpretada por Sergio Denis para adornar un desplante en el altar.
Disfruto mucho de poder combinar la ficción y el documental en un mismo trabajo como editor: Tomar de ambos sus propias particularidades y códigos y utilizarlos a piacere. Creo que si bien la tira es clásica, televisivamente hablando, el juego con el documental y la música la hace muy contemporánea, muy actual.
Santiago Parysow