Mujer entera, por Germán Cantore (SAE)
"Mujer Entera" fue mi cuarta colaboración con Ulises de la Orden, pero la primera película juntos en la que no participé desde el inicio del proceso. Me sumé luego de un muy prolijo trabajo inicial de organización y planteo de los temas que realizó Verónica De Cata (EDA).
El documental desarrolla el tema de la trata de personas con fines de explotación sexual y su relación con la prostitución pero, a diferencia de muchos materiales que hay producidos al respecto, lo hace desde un enfoque novedoso, que es poner en primer plano al cliente, al varón prostituyente. Ese fue uno de los principales desafíos que presentaba el montaje de este proyecto, porque la historia estaba plagada de tentaciones narrativas que invitaban a desarrollar por demás diferentes conflictos subsidiarios, muy interesantes en sí pero que nos alejaban muy rápidamente de la cuestión central: por ejemplo, la discusión acerca de si la prostitución es trabajo o explotación. Y en este caso en particular, fue la primera vez que sentí que las soluciones no vinieron por el lado de la intuición o la experiencia previa, sino a partir de la aplicación concreta de elementos conceptuales aprendidos sobre estructura dramática: en este caso, aquello que dice Miguel Pérez (SAE) sobre que los conflictos subsidiarios tienen interés en tanto afectan a la cuestión central y luego deben ser abandonados para que no adquieran autonomía y se vuelvan disgresivos.
Otra de las cuestiones especiales que tuvo este proyecto -que se editó a mediados de 2015 y hasta ahora sólo había sido estrenado en varias provincias pero nunca en la Ciudad de Buenos Aires- fueron algunos cambios en la producción durante el devenir del proyecto, lo que redundó en restricciones presupuestarias y, como consecuencia, que la cantidad de material visual no fuera muy abundante (a diferencia de, por ejemplo, "Desierto verde", del mismo director, que contaba con infinitas horas de imágenes registradas por todo el mundo). A la hora del montaje, esto obligó a una muy estudiada distribución de los materiales y, por sobre todo, a una forma de armado de las entrevistas que no requiriera mucha cobertura visual, por lo que hubo que seleccionar muy cuidadosamente los segmentos, privilegiando el desarrollo de conceptos completos por parte de los entrevistados que no necesitaran mucha edición internamente.
Finalmente, luego de unas quince jornadas de rodaje principal, hubo dos jornadas adicionales, rodadas en el transcurso del desarrollo del montaje: la primera, en un colegio donde los alumnos debatían en clase sobre la temática del documental y, por otro lado, un grupo de hombres hablando de sus "incursiones" en el mundo de la prostitución. Estás dos situaciones, de las cuales extrajimos varias escenas para el armado final del documental, le dieron un carácter distinto y especial a la película, más frescas y complementarias de las entrevistas. Y al ser rodadas durante el montaje también permitieron incorporar algunos aspectos sobre los cuales era interesante rodar.
En definitiva, "Mujer Entera" es una película pequeña, poco pretenciosa, pero con una investigación profunda y elementos muy interesantes, y sobre un tema y con un enfoque que merecen nuestra atención.
Germán Cantore