Dhaulagiri, ascenso a la montaña blanca, por Hernán Garbarino (SAE)
Uno de los retos de este proyecto fue acompañar al director, Guillermo Glass, en el proceso de terminar una película cuyo conflicto principal había marcado profundamente su vida personal. Conflicto que nació con la génesis del documental.
En el año 2008, Guillermo -junto a otros tres escaladores- llevó adelante una expedición al Himalaya con la intención de conquistar la cima de la séptima montaña más alta del mundo y realizar una película que dejara testimonio de la aventura. Nunca se imaginó que Darío Bracalli, íntimo amigo y líder de la expedición, desaparecería en su intento de hacer cumbre a más de 7000 metros de altura, provocando un cimbronazo en la expedición. Cimbronazo que quedó registrado en el material. Ese golpe inesperado hizo que el documental quedara congelado durante 7 años.
Lo que iba a ser una película sobre deporte extremo, dio un giro rotundo y pasó a centrarse sobre la desaparición de Darío. En esta nueva etapa se sumó a codirigir el documental Christián Harbaruk, quien aportó un nuevo empuje muy necesario.El desafío más grande desde la edición fue encontrar el equilibrio entre dos líneas narrativas: por un lado transmitir la adrenalina del viaje en una crónica de aventuras, y por otro, desde el presente, construir una mirada introspectiva sobre lo ocurrido, intentando no perder nunca la tensión dramática.
Junto a Darío se extravió una de las cámaras con el material registrado durante la parte cúlmine de la expedición. Formalmente esto nos creaba un agujero importante en la narración llegando al clímax de la película: nos faltaba cerrar el tercer acto, se sentía la falta de material, y por ello se decidió salir a filmar nuevamente.
En la sala de edición le dimos forma al guión de la película; buscamos indagar en los sentimientos de un personaje que ya no está, con todas las dificultades que traía su ausencia. Trabajamos mucho en balancear el peso de las historias de cada expedicionario, tamizando las características de cada uno, hasta encontrar aquella cualidad diferencial que lo construyera como personaje con peso propio y con una función específica dentro de la estructura.La idea fue siempre la de generar polos de atracción y oposición, que nos permitieran desarrollar el tema que dramáticamente se impone: aquello que está por encima de la hazaña deportiva y lleva al hombre a explorar sus propios límites. En definitiva, intentamos retratar la belleza y el dolor del esfuerzo humano.
Hernán Garbarino