Las grietas de Jara, por Alberto Ponce (SAE)
Los editores somos, por definición, quejosos. Si no es el material, son las condiciones económicas, o el lugar de trabajo, o un clásico: el director. No es este el caso.
Un excelente material de cámara y sonido, un muy buen guión, condiciones correctas y un gran Director. Nicolás Gil Lavedra es una de las personas más cálidas que conozco y trabajar con él ha sido siempre uno de los placeres que me ha regalado esta profesión.Con esta introducción, se darán cuenta de que el montaje se realizó en un clima de lo más cómodo (por no decir festivo). Los inconvenientes con los que nos encontramos fueron básicamente de “ajuste” del mecanismo y de “potenciación” de lo dramático.
Concretamente, la película está contada con varios flashbacks y lo más difícil fue encontrarles el lugar ideal. No sólo tenían que ir construyendo el suspenso en un creciente dramático, sino que obviamente no podían ser demasiado largos, ni podían estar demasiado juntos, tenían que tener una repercusión en el personaje que los traía, etc., etc., etc. Ese fue el desafío principal en cuanto a lo narrativo.
Sin embargo, algo que surgió en el montaje (muy bien marcado por el guionista Emiliano Torres) fue una línea narrativa que no estaba en el guión original. Al ser una película que se desarrolla en el mundo de la construcción y de los arquitectos, en los momentos en los que necesitábamos una transición se nos ocurrió poner –justamente– planos de “obra en construcción”. De a poco, esa línea fue tomando vida propia y se transformó casi en un contrapunto, generando sentido en sí misma. Así fue que se compraron tomas de archivo, se salió a filmar obras en construcción, etc. Es decir: se solidificó una línea narrativa que “comentaba” en sus silencios el subtexto de lo que se contaba.
Fue un doble placer ver cómo, por un lado, la película lograba lentamente cuajar en su forma y su ritmo. Por otro, ser consciente de que el Montaje había ayudado sin dudas en ese proceso.
“Las grietas de Jara” es un thriller inteligente, basado en una novela inteligente. Si a eso le sumamos buenas actuaciones, nivel técnico superlativo y una puesta en escena tan efectiva como sutil, creo que esta película es una invitación para ir al cine a pasarla bien.
Alberto Ponce