La historia oficial, por Juan Carlos Macías (SAE)
Conocí a Luis Puenzo en 1967. Me lo presentaron estando de vacaciones en Valeria del Mar y a partir de entonces empezamos a trabajar juntos, primero en publicidad y luego en largometrajes.
Compaginamos "La historia oficial" (1985) en los Laboratorios Alex. En ese momento el montaje se iniciaba conjuntamente con el director una vez terminada la filmación. Con Luis, luego de quince años de trabajo en conjunto, nos conocíamos mucho y sabíamos qué quería el otro. Era un proceso de intercambio de opiniones e ideas. Él es una persona muy laboriosa, obsesiva, minuciosa y con un nivel de sutileza que no se tiene en todos los casos.
Recuerdo que en la película había algunas secuencias de manifestaciones donde, por ejemplo, se producía un encuentro entre Chela Ruíz y Norma Aleandro. Hicimos un armado previo con tomas de archivo de diferentes marchas, respetando los tiempos tal como iban a quedar en la película. Y donde debían ir los personajes colocábamos cola transparente con un cartel que decía sus nombres, sobre un fondo de referencia de los que habíamos separado de la marcha original. Así veíamos qué planos necesitábamos, con qué relación de miradas, qué tipo de luz, etc. Me acuerdo que los planos faltantes los filmaron un domingo en un playa de estacionamiento, con diez extras con pancartas, y se integraron perfectamente.
Personalmente, casi al final del trabajo me enteré de todos los problemas que habían tenido con los "servicios" durante el rodaje. De las amenazas y esas cosas. Pero nunca trabajé con miedo porque la película estaba legalmente presentada ante el Instituto de Cine y no era como con "La hora de los hornos" (Fernando Solanas, 1968) donde sabías que lo estabas haciendo de contramano, clandestinamente.
Cuando llegamos a un primer armado, hicimos una proyección de doble banda de la película en una pantalla de cine. Valoro mucho eso, porque cambia el ambiente y la dimensión del cuadro con el que trabajás. Después de ver ese primer armado, dialogamos con Luis sobre dónde estaba largo, qué cosas nos sucedían, y seguimos trabajando un par de semanas hasta plantear un segundo doble banda. En total habremos tardamos un mes y medio para tener un primer armado, y después cuatro o cinco semanas más para cerrar la película.
Me acuerdo que invité a ver la proyección del último doble banda a mi maestro, Antonio Ripoll. Eso era algo que yo no había hecho nunca hasta entonces. Pienso que recién ahí entendí la real importancia del proyecto.
Luego del estreno, cuando la película gana en Cannes y recibe el Premio Oscar, hubo un relanzamiento y es donde terminó de explotar a nivel de trascendencia y de espectadores. Hay muy pocas películas tan cuidadas como "La historia oficial", tan minuciosas. Por momentos sentís que parece una publicidad, en los detalles, las luces, en todos los elementos.
Juan Carlos Macías
Entrevista y edición: Marcela Truglio (SAE) / Desgrabación: Germán Cantore (SAE)