La Salada, por Ana Remón (SAE)
En el montaje de La Salada pude trabajar sobre la estructura con mucha libertad. Hubo material importante que quedó afuera, por ejemplo algunas líneas argumentales en torno a las cuales, en un principio, parecía girar la película. Fue un profundo trabajo de reescritura, creativo y muy enriquecedor; y a su vez un gran ejercicio de confianza de parte del Chino (Juan Martin Hsu).
También, y a modo anecdótico, sucedió algo personalmente feliz, debí editar dos escenas encontrándome de viaje por Asia. En el tren de esa aventura había tomado mil notas mentales sobre los extrañísimos y complejos rituales cotidianos de la cultura oriental, sobre su gente y paisajes: un mundo que el Chino ya había retratado con sensibilidad.
Anita Remón
De alguna forma, entonces, el final del trabajo me encontró en el origen geográfico y cultural de la historia que estabamos contando, Asia.