KOAN, por Karina Kracoff (SAE)
No voy a olvidar, hace muchos años, cuando mi maestro Miguel Pérez (SAE) me miró a los ojos y me dijo: “Nunca edites tu propia película”.
Parece un chiste de la vida porque edité “KOAN”, mi ópera prima, codirigida junto a Osvaldo Ponce. No fue una decisión querida sino que no me quedó otra ya que fue una película de verdad independiente que no tuvo ningún subsidio. Editando escuchaba la voz de Miguel y temía que me desterrara como alumna.
Durante el rodaje, realizado en la Patagonia argentina, editaba a la mañana lo que habíamos filmado el día anterior. Osvaldo, el director de Fotografía, buscaba la luz solar ideal, entre las 18.30hs hasta las 21.30hs. Ese montaje nos ayudaba mucho como directores principiantes. Pude confirmar que saber de montaje es sumamente importante a la hora de pensar la puesta en escena porque uno puede imaginar cómo van a “pegar” los planos. Muchas veces salíamos a rodaje pensando en hacer 10 o 12 planos pero la luz se iba con una rapidez tal que debía conformarme con 6, y elegir cuáles eran esos planos se lo debo totalmente a mi experiencia como montajista y con los directores que tuve el lujo de trabajar.
Una vez ya en Buenos Aires, cuando me puse a hacer el corte final, debo decir que la montajista le ganó a la directora ya que “volé” escenas sin piedad aún sabiendo lo difícil que fue grabarlas.
Cuando la película ya estaba terminada de montar lo convoqué a Gustavo Codella (SAE) para que me diera su opinión y proponerle supervisar el montaje. A Gustavo le gustó mucho KOAN y cuando terminamos de proyectarla me dijo, medio en serio, medio en broma: “Kari, tengo miedo de arruinarla”. Eso me dejó mucho más tranquila. Lamentablemente, la colaboración no fue posible: Codella consideraba que para hacer la supervisión bien debía ver todo el material y estaba con mucho trabajo como para hacerlo.