El fútbol o yo, por Luis Barros (SAE-EDA)
Editar una película es siempre una experiencia intensa y placentera a la vez. Como editor, uno va pasando por distintas sensaciones en lo que dura el proyecto: mucha expectativa al comienzo, familiaridad con el material a los pocos días, y el sentir de a poco que uno tiene entre manos decisiones que quedarán para siempre en el corte final.
En esta nueva película de Marcos Carnevale disfruté de un lindo proceso de edición, ya que es la segunda que edito con él (la anterior fue “Inseparables”, 2016) y ya conozco sus gustos y maneras de encarar el armado de las escenas y sus tiempos. Eso es una ventaja ya que con sólo una mirada o una palabra ambos sabemos lo que funciona o no. Trabajar con un director como Marcos exige concentración y sintonía ya que sabe muy bien lo que quiere transmitir y uno tiene que tener claro eso para que el proceso de armado funcione y la relación editor/director fluya.
“El fútbol o yo” habla de fútbol, de las adicciones, de las crisis y oportunidades para salir adelante y poder recuperar lo perdido. Y lo que parece una simple comedia tiene algo más profundo que lo habitual, y es ahí donde se puso el foco tanto en la dirección como en el montaje, para que eso llegue a la pantalla.
En la edición trabajé mucho en la maqueta tanto de imagen como de sonido para llegar a la emoción y el drama. Personalmente, soy de poner muchas referencias de música, sonidos y cosas que hagan que las escenas vayan adquiriendo vida, de modo de poder verlas como si fueran versiones definitivas. De esta forma, con todos esos elementos ya plasmados, uno puede ver los primeros armados y evaluar mejor si la cosa funciona.
Como fui editando el material casi al día siguiente en que había sido filmado, eso hizo que vaya muy a la par del rodaje y fue genial para que el director viera al toque cómo iba funcionando. Tal como hicimos en “Inseparables”, le mandaba mi edición de día a día a Marcos para que la vea en el teléfono y él a su vez se la mostraba a Adrián Suar. Los sábados nos juntábamos para retocar o ajustar cosas juntos. La conclusión es que cuando terminó el rodaje ya casi existía un primer corte, que luego seguimos trabajando por 2 o 3 semanas más.
Como fana de fútbol que soy, obviamente me sentí identificado y me reí y me vi en muchas acciones de la película. Con una dupla como Suar y Julieta Díaz muy afianzada. Fue un lindo proyecto por lo que significa trabajar para Patagonik y poder ver cómo trabajan ellos internamente, porque Marcos me volvió a llamar para editar una nueva película y por tener esa sensación de saber que son de esas oportunidades que no aparecen siempre en nuestro medio y que está bueno ser parte.
Luis Barros