Mesa en el 20° BAFICI: Edición y cine independiente

El domingo 25 de abril, dentro del Área Profesional del 20º BAFICI, tuvo lugar la charla Edición y cine independiente, que la SAE organizó en conjunto con EDA (Asociación Argentina de Editores Audiovisuales). Moderada por Mariano Saban (EDA), la charla estuvo a cargo de Lautaro Colace (SAE) y Lucía Torres (EDA), y se desarrolló en una de las salas del Complejo Village Recoleta.

Los editores expusieron casos de su experiencia profesional en los que el montaje configuró formal y dramáticamente ciertas escenas: Lautaro Colace (SAE), expuso un fragmento de Cuerpo de letra (Julián D’Angiolillo, 2015), documental que retrata a las cuadrillas que pintan propaganda política en los muros de la ciudad. La escena en cuestión relata el encuentro entre Eze, el protagonista, y sus antiguos compañeros de grupo, aquellos que le enseñaron el oficio, y que hoy se encuentran trabajando para otro partido político. Se compararon dos versiones muy diferentes de la escena: una más larga, con diálogos, que estuvo incluida en el armado de la película durante gran parte del proceso de edición, y la versión de la escena tal como quedó finalmente, observándose que al eliminar los diálogos la escena ganaba tensión, ya que el silencio entre los personajes resultaba más denso, elocuente y “hablaba más” que lo que los personajes se decían. Una escena que el editor consideraba crucial por su nivel de conflicto, pero cuyos diálogos resultaban tal vez demasiado “ficcionalizados”, ganó así un nuevo peso dramático.

A su vez, Lautaro también mostró el caso de Cuatreros (Albertina Carri, 2016), película que se hizo a partir de una video-instalación a cinco pantallas, que la directora y el editor habían armado y expuesto con anterioridad. El traspaso a una sola pantalla requirió una recomposición visual que Colace ejemplificó con diferentes versiones en base al mismo material de archivo.

Por su lado, Lucía Torres (EDA) también mostró dos versiones de una escena de la película Primero Enero (Darío Mascambroni, 2016) donde también prevalció el principio de “menos es más”. La situación retrata el momento en que un padre y su hijo pequeño planean las actividades que realizarán juntos los días siguientes. La primer versión de la escena había sido montada siguiendo la planificación que venía de rodaje. Pero como la producción había decidido utilizar dos cámaras para ahorrar tiempo de filmación, el primer montaje alternaba esas dos puestas de cámara. Después del trabajo de depuración hecho por la editora, la escena finalmente quedó en plano único, reforzando un solo punto de vista y configurando la identidad visual de la película.

Fotos: Ernesto Felder (SAE)